La realización de acciones de mejora de la empleabilidad supone, junto con la experiencia laboral, una de las principales vías de adquisición y mejora de cualificación profesional.
La formación permite, por tanto, mejorar las posibilidades de inclusión socio laboral de las personas con disCapacidad, y asociada a determinadas tipologías de disCapacidad adquiere especial relevancia si, además, va acompañada de prácticas reales en un centro de trabajo.
Dentro de la estrategia de Intermediación Laboral es importante destacar que la formación debe en todo momento ser un elemento de elección voluntaria por parte de la persona demandante de empleo: la necesidad y realidad social de las y los postulantes puede desembocar en declinar la realización de esta formación, pese a la identificación en la orientación laboral de estas carencias y la consciencia real de su existencia por parte de la persona con disCapacidad.
La labor del personal técnico de los Servicios de Intermediación Laboral debe consistir en poner en valor la mejora en la empleabilidad que supondría esta formación en caso de realizarse.
Debemos saber que esta formación juega un papel diferente en función de la fase de inserción en la que se encuentre la persona con disCapacidad, pudiendo establecerse la siguiente clasificación:
Formación para el empleo:
Se debe llevar a cabo con personas que requieren adquirir la cualificación adecuada para optar a un empleo, necesiten adquirir conocimientos técnico-profesionales o desarrollar nuevas cualificaciones para reorientar su profesión y/o expectativas laborales, o requieren adquirir destrezas concretas útiles en el desempeño de su profesión y adaptadas a los nuevos conceptos de ocupación. Puede ser relevante intentar planificar esta formación con un periodo de prácticas reales en empresas para potenciar los resultados y optimizar los resultados de la cualificación profesional esperada.
Talleres de habilidades y competencias socio-laborales (Búsqueda Activa de Empleo, motivación, habilidades personales, etc.):
Son acciones grupales que se configuran buscando la homogeneidad entre sus integrantes, en base a algunas de las características de su perfil (disCapacidad, formación, etc.) y las competencias conductuales que deben adquirir, encaminadas a optimizar y poner en valor las características laborales intrínsecas de los demandantes de empleo más allá de su disCapacidad.En los talleres se trata de desarrollar y entrenar actitudes y destrezas/habilidades necesarias para la obtención, mantenimiento de un empleo, y desarrollar competencias instrumentales vinculadas a perfiles profesionales (refuerzo de la autoestima, conocimiento del entorno laboral, habilidades sociales básicas, etc.), de manera que se propicie la plena inclusión laboral.
Formación complementaria (informática, idiomas, seguridad y salud laboral, aspectos medioambientales, manipulación alimentaria,….):
Es aquella que proporciona competencias transversales que demanda el mercado laboral, aplicable a cualquier ocupación, y necesaria en una Estrategia de Empleo. Encaminada a la mejora de la cualificación de cara a optar a un empleo. Se lleva a cabo con personas que: requieren acceder a las nuevas tecnologías de la información y comunicación o mejorar estas habilidades; necesitan un idioma para mejorar el nivel de competencia para acceder a un puesto de trabajo así como que precisen el idioma para el desarrollo de su actividad profesional; necesiten conocer cómo desarrollar su trabajo o el de sus compañeros/as de forma más segura, estableciendo normas básicas, buscando la mejora de aspectos así como las deficiencias que se puedan producir, etc.
Talleres de Formación para Personas Emprendedoras:
Se llevan a cabo con personas que necesiten conocer las herramientas necesarias para la generación y maduración de ideas de negocio, necesiten adquirir los conocimientos técnicos necesarios para desarrollar y llevar a cabo una idea de negocio o empresa, y/o necesiten adquirir conocimientos sobre el plan de empresa, que incrementen su capacidad para conseguir el éxito en su idea de negocio, así como poder reorientar y/o redefinir estas ideas, para garantizar su viabilidad.
Para lograr la optimización en la gestión de estas acciones formativas de mejora de empleabilidad es necesario contar con una batería de herramientas complementarias. Se hace necesario disponer de:
Una base de datos que permite realizar un cruce entre la demanda de formación en base a la orientación realizada y la oferta formativa disponible.
Una metodología de seguimiento activo de la evolución del alumnado durante la formación (asistencia, incidencias, evaluación, etc.)
Un sistema de indicadores que permitan analizar los resultados de la formación realizada (niveles de ejecución, porcentaje de aprobados, seguimientos de la asistencia, áreas formativas más demandadas, vínculos entre formación impartida e inserciones, etc.)
A continuación, en el siguiente documento, se identifican los elementos mínimos que debería contener un Programa Formativo